Chevrolet Camaro Año 1971. Motor V8 350. Potencia máxima: 360 HP a 6000 rpm. Par máximo: 515 Nm a 4000 rpm. Cilindrada: 5733 cc. Tipo de combustible: Nafta. Caja: Manual de 4 velocidades. Color exterior: Cottonwood Green & Black. Interior: Black Leather.
La segunda generación del Chevrolet Camaro era lanzada como un MY 1970, más grande, más ancho y más bajo que su predecesor. Se perdía la opción descapotable y la gama de motores era trasladada desde 1969 sin apenas cambios. Este Camaro polarizó los gustos de los clientes, algunos amaban al nuevo modelo, otros preferían el modelo precedente.
En 1970 apenas hubo cambios, con la excepción de las versiones Z/28, que abandonaban el small-block 302 por un 5.7 V8 LT-1 de 360 CV de potencia declarada, por primera vez también disponible con una caja de cambios automática, la famosa Turbo Hydramatic 400 de tres velocidades. Era un coche más dinámico, más seguro y más sencillo de conducir gracias entre otras cosas a una nueva barra estabilizadora trasera que toda la gama incorporaba de serie a partir del MY 1971.
Sin embargo, la fiebre muscle car y las potencias desmesuradas llegaron a su fin en 1971, cuando General Motors exigió que todos sus motores redujesen la compresión para poder funcionar con gasolina sin plomo y gasolina regular de 87 octanos, que sigue siendo el estándar en Estados Unidos. Todo ello fue causado por las restrictivas normativas de emisiones, que redujeron la potencia de las versiones Z/28 de 360 a 330 CV y la potencia de los Super Sport 350 de 350 a 300 CV. Además, la producción resultó muy afectada por una gran huelga de la UAW.
El sindicato de los trabajadores de automóvil paralizó la producción durante 67 días y obligó a desguazar más de 1.100 Camaro que no cumplían una nueva normativa estatal de paragolpes, ya que no lograron ponerse a tiempo a la venta. 1972 y 1973 trajeron más penuria para los amantes de las prestaciones, con el Chevrolet Camaro Z/28 reduciendo su potencia a 245 CV y la desaparición del políticamente incorrecto motor 6.5 V8, que supuso en sí mismo el fin de los Chevrolet Camaro SS.
Entre 1974 y 1975 la sangría continuó, los motores tuvieron que adoptar catalizadores debido a la presión del Estado y la crisis del petróleo, los fabricantes seguían subestimando la potencia de sus motores para no asustar a las aseguradoras y la potencia de los motores se homologaba ahora con todos los accesorios y sistema de escape conectados. Como resultado, el Camaro Z/28 desaparecía sin dejar rastro y motores como el 5.7 V8 que antes desarrollaba 350 CV se quedaba en unos tristes 145-155 CV, según versiones.