Año 2011, Motor: V6 3.5 Inyección Directa, Cilindrada: 3498 cc, Potencia máxima: 306 cv a 6500 rpm, Par Máx: 370 nm a 3500 rpm, Transmisión: Automática de 7 Velocidades, Carrocería: Roadster, Sistema de combustible: Nafta, Color Exterior: Iridium Silver / Metallic Finish, Interior: Cuero/Nappa/Semi-Aniline - Black/Anthracite
Llegó la segunda generación hacia mediados de 2004. El nuevo SLK tenía un diseño muy agresivo que lo hacía parecer un pequeño SLR McLaren, el superdeportivo de la marca por entonces. Era arrebatador –aún lo es-. Pero no era sólo estética, ya que contaba con un chasis nuevo que permitía una conducción aún más deportiva si cabe, sin renunciar al confort que ofrecía la marca con el sistema de calefacción del cuello 'Airscarf' integrado en los asientos.
Junto a ello llegaron nuevos motores, cada vez más y más potentes. La versión básica ya contaba con sobrealimentación en un motor de 1.8 litros y cuatro cilindros, para erogar 160 caballos. Desde ahí, la escalada era similar a la de la anterior versión, como el motor V6 de 3.5 litros atmosférico de 268 caballos, o incluso la 'locura' de integrar un motor V8 en la versión AMG para entregar 355 caballos.
Finalmente, la tercera y última generación del SLK llegó siete años después, en 2011, que luego mutó en el SLC que conocemos actualmente. Un modelo rediseñado por completo y que perdió quizás algo de su atractivo, pero que mantenía su nivel en el mercado, con novedades como el techo acristalado 'Magic Sky Control', que oscurecía el techo rígido apretando un botón. Es decir, que con o sin capota, el cielo inundaba al SLK.
En el apartado de motorizaciones se introdujo por primera vez el motor Diesel en el SLK 250 BlueEfficiency. Pero eran los modelos de gasolina los que daban verdadero sentido a este modelo, con una nueva escalada de potencias: desde el cuatro cilindros de 1.8 litros y 181 caballos básico hasta llegar al SLK 55 AMG con un V8 de 5.5 litros y la impresionante cifra de 416 caballos en su interior.